Huasteca Global News - 26 de febrero de 2024
En un movimiento clave dentro del Sistema de Administración Tributaria (SAT), Amelia Guadalupe de León Ortega ha sido nombrada como la nueva Administradora General de Auditoría Fiscal Federal, sucediendo a Rosalinda López Hernández, quien dejó el cargo el pasado 16 de febrero para buscar una candidatura al Senado por Tabasco con el partido Morena. Este cambio se produce en un momento estratégico para el SAT, organismo encargado de supervisar y evaluar las prácticas contables en México para efectos fiscales.
Amelia de León Ortega, con una robusta carrera de más de 19 años en el SAT y una formación académica en Contaduría Pública por la Universidad Autónoma de Nuevo León, toma las riendas de la Administración General de Auditoría Fiscal Federal. A lo largo de su trayectoria, ha demostrado un compromiso firme con la transparencia y la eficiencia fiscal, elementos que serán cruciales en su nueva posición. De León Ortega ha ocupado diversas posiciones dentro del SAT, destacando su papel en la Administración General de Recaudación y como Administradora Central de Verificación de Hidrocarburos, donde lideró el análisis y seguimiento de las obligaciones fiscales en el sector de hidrocarburos.
La Administración General de Auditoría Fiscal Federal (AGAFF), bajo el liderazgo de De León Ortega, continuará su labor esencial de fiscalización, incluyendo el desarrollo de subprogramas de fiscalización, generación de propuestas para revisiones domiciliarias o de gabinete, y la evaluación de los Contadores Públicos autorizados para emitir dictámenes fiscales. Además, esta área del SAT tiene la responsabilidad de imponer sanciones, clausurar establecimientos, determinar créditos fiscales e informar sobre posibles delitos fiscales.
Este nombramiento representa no solo un cambio en la estructura directiva del SAT, sino también una renovación de su compromiso con la eficiencia y la transparencia fiscal. Amelia de León Ortega enfrenta el desafío de liderar la AGAFF en un momento en que la fiscalización y el cumplimiento tributario son más importantes que nunca para la economía mexicana.
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