Emergencia por sequía en Cataluña: Restricciones para casi seis millones de personas

Huasteca Global News - 08 de febrero de 2024

La situación de sequía en Cataluña ha alcanzado niveles históricos, desencadenando la declaración de emergencia por parte del Gobierno regional. El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonés, ha destacado que esta crisis climática representa una seria prueba para la región.

La declaración de emergencia abarca a más de doscientos municipios, afectando a casi seis millones de personas. Desde octubre de 2020, las precipitaciones han estado significativamente por debajo de la media, lo que ha llevado a la implementación de un plan de gestión del agua en septiembre de 2021 para mitigar la escasez. Según Aragonés, si no se hubieran tomado estas medidas, la situación de emergencia se habría presentado hace 15 meses.

La mayor afectación se observa en las cuencas internas de la región, que abastecen al 92% de la población catalana, aproximadamente 7 millones de personas. Actualmente, las reservas hídricas se sitúan en un preocupante 15,80% de su capacidad, marcando un hito histórico en la disminución de los embalses del Ter-Llobregat, que alimentan a Barcelona y su área metropolitana.

Para abordar esta crisis, se han activado diversas restricciones según lo estipulado en el Plan Especial de Sequía de 2020. Entre ellas, se destaca la reducción de la dotación máxima de agua por persona y día a 200 litros. Además, se prohíbe el lavado de autos, el riego de jardines privados y el llenado de piscinas. El sector agrícola sufrirá un recorte del 80% en el riego, mientras que el uso de agua para la ganadería se reducirá en un 50% y en un 25% para fines industriales y recreativos.

Aragonés subraya que la sequía es una realidad climática cada vez más recurrente y severa. Para enfrentar este desafío, el Gobierno catalán está implementando un plan de gestión del agua que incluye inversiones significativas en infraestructura, con el objetivo de generar 182 hectómetros cúbicos adicionales de agua para el consumo doméstico. Estas medidas representan un esfuerzo por prepararse mejor ante futuras crisis hídricas.