Huasteca Global News - 08 de febrero de 2024
Un equipo de la Universidad de Wisconsin-Madison ha logrado un avance significativo al imprimir en 3D el primer tejido cerebral humano funcional. Este logro ofrece a los neurocientíficos una nueva herramienta para estudiar la comunicación entre las células cerebrales y otras partes del cerebro humano, con potenciales aplicaciones en el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.
El neurocientífico Su-Chun Zhang, líder del equipo de investigación, describe este hito como un cambio paradigmático en la biología de las células madre, la neurociencia y la comprensión de los trastornos neurológicos y psiquiátricos.
Una de las innovaciones clave de este método es su accesibilidad. No requiere equipos especiales de bioimpresión y el tejido resultante es fácil de mantener y estudiar con los equipos habituales de laboratorio. Este enfoque democratiza la capacidad de crear tejidos vivos en 3D, abriendo nuevas puertas para la investigación en neurociencia y medicina.
El proceso de bioimpresión en 3D permite construir estructuras vivas mediante la superposición de capas de materiales y células. En este caso, el equipo utilizó capas horizontales de neuronas derivadas de células madre pluripotentes inducidas, dispuestas en un gel de "biotinta" más blando que en métodos anteriores. Esto permitió que las neuronas formaran redes similares a las cerebrales dentro y entre las capas en solo unas semanas, estableciendo conexiones funcionales entre células.
Una ventaja significativa de este enfoque es su capacidad para estudiar las interacciones celulares de manera más precisa. Zhang destaca que, al imprimir tejido cerebral de esta manera, es posible observar con mayor claridad cómo se comunican las neuronas entre sí, lo que es fundamental para comprender la complejidad del cerebro humano.
Aunque el método aún tiene limitaciones, como la falta de control sobre la dirección de las neuronas maduras y la estructura menos natural en comparación con los organoides cerebrales, los investigadores están trabajando en mejoras para crear tejidos cerebrales más específicos y controlables.
Este avance promete ser una herramienta invaluable para estudiar una amplia gama de aspectos del desarrollo cerebral, así como para investigar enfermedades neurológicas y trastornos del desarrollo. Su potencial para revolucionar la neurociencia y la medicina es innegable, y su impacto podría ser fundamental en futuras investigaciones y tratamientos.
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